A día de hoy se habla mucho de la vuelta al colegio en plena pandemia por la Covid-19. Todo el mundo está de acuerdo en que es necesaria una vuelta a las aulas segura y con todas las garantías. Yo no voy a entrar en si la vuelta al cole es realmente segura o eso es un espejismo que sólo los más crédulos ven. Voy a hablar de realidades, las que veo a mi alrededor.

Pese a los esfuerzos del sector educativo, el último trimestre del curso pasado fue un auténtico desastre, como todo lo que suele ser improvisado. No pretendo echar las culpas a nadie ya que nos enfrentábamos a algo totalmente desconocido y en Europa pensábamos que seríamos capaces de superarlo en poco tiempo y sin apenas problemas. No fue así.

¿Qué hacer si se volviera a presentar una situación de confinamiento en el sector educativo?

Ahora, llega el nuevo curso y nadie se plantea un nuevo cierre de colegios. Lo cierto es que nadie deseamos volver a vivir todo lo de esta pasada primavera de 2020 pero, ¿y si algunas aulas se tuvieran que poner en cuarentena? ¿y si no son aulas sino colegios enteros? Los niños necesitan rutinas, y en educación también.

¿Es necesario privar a los niños de educación por la salud? Está claro que hay que buscar soluciones para que nuestros niños, nuestro futuro, tengan una educación de calidad. Lo que yo he visto hasta ahora es que si tienes padres que se lo pueden permitir y te llevan a un colegio privado o, incluso, concertado, tienes mejores opciones para continuar con las clases, al ritmo normal. Así ha sido durante el último trimestre del curso 19/20. Esos niños han conseguido seguir a un ritmo prácticamente normal sus clases. En definitiva, han alcanzado los objetivos del curso escolar sin problemas.

Los esfuerzos del profesorado de la educación pública no han sido recompensados de la misma manera. La mayoría de los colegios públicos no han sido capaces de terminar sus temarios y, ni que decir tiene que, las explicaciones de los profesores han sido en algunos casos inexistentes y en otros muchos, insuficientes. Las razones que nos llevan a esta situación son muy diversas: falta de recursos económicos de los padres (no tienen acceso a internet, no tienen dispositivos electrónicos…), falta de medios de comunicación profesor-alumno, falta de interés de alguna de las partes, falta de formación de los profesores en TIC, ….

Algunos de los problemas no se pueden cambiar, aunque se podría ayudar a mejorar. Pero hay algo de esta lista que no debería de darse este curso y es la falta de formación de los profesores en TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). ¿Por qué digo esto? Pues bien, vivimos en una era digital, nuestros jóvenes tienen a su alcance un gran número de recursos digitales y ¿el problema es la falta de formación de los profesores? Cierto es que es necesario una capacitación en apps, programas informáticos, pizarras digitales,…para sacarles el máximo partido pero una formación de este tipo la podemos conseguir sin siquiera movernos de casa, por ejemplo aquí.

¿Es posible la enseñanza online en Infantil y Primaria?

La respuesta es un SÍ rotundo. La enseñanza online se puede impartir a cualquier nivel. Recordemos que nuestros niños y jóvenes son nativos digitales, así que para ellos las “nuevas tecnologías” son lo de siempre.

También es justo decir que es un gran desafío para los profesores. Mantener la atención de los más pequeños es un reto difícil de conseguir. Y todos estamos de acuerdo que lo difícil no es imposible, sino requiere más esfuerzo de nuestra parte. Durante este tiempo, se han visto ejemplos de profesores que se disfrazaban y decoraban sus casas para dar una clase de historia a sus alumnos, enseñaban matemáticas con juegos, enseñaban cómo funcionaba el cuerpo humano con cosas que tenían a mano en su casa…. en definitiva, usaban su imaginación y creatividad para enseñar lo mejor posible a sus alumnos. Todos ellos se merecen un enorme aplauso de nuestra parte y yo, desde aquí, les doy personalmente las gracias por su esfuerzo.

Es verdad que no todo el mundo tiene una imaginación portentosa o un espacio en casa para hacer una clase de teatro pero todos los profesores, sin excepción, tienen o deberían tener, algo a su favor, su vocación, el amor a la enseñanza y a los niños.

Hoy en día, cuando hablamos de educación, no nos referimos sólo a impartir conocimiento y que el alumno sea capaz de asimilarlo y retenerlo sino que hablamos de enseñar de manera adaptada a cada niño, a su edad, sus gustos, su entorno, que entienda que lo aprendido tiene un efecto positivo en su vida y le sirve en muchos aspectos cotidianos. Una buena planificación del curso junto con las herramientas actuales harán que la educación online (si fuera necesaria) sea una experiencia positiva, tanto para docentes como para alumnos.

Herramientas digitales y Recursos educativos para docentes

Para recrear un aula virtual, un lugar de reunión para todos los alumnos por clases existen diferentes plataformas que te permiten compartir documentos e interactuar con los alumnos, además, son gratuitas :

  • Google Classroom
  • Moodle
  • Teams

El uso de estas plataformas es sencillo y permite, incluso, hacer exámenes a distancia. Parte de la comunidad educativa ya lo ha probado con buenos resultados.

Otras herramientas son:

  • Idoceo. Herramienta de gestión docente (sólo para ipad)
  • AdditioApp. Herramienta de gestión docente
  • Edpuzzle. Aplicación que permite añadir preguntas o comentarios a un video de Youtube y controla el porcentaje de visionado del video por parte de los alumnos.
  • Socrative. Permite hacer exámenes individuales a los alumnos (acceso a través de web y desde ordenador, tablet o teléfono)
  • Kahoot. Aplicación para hacer tests
  • Genially. Permite crear imágenes o mapas interactivos

Estos son sólo unos cuantos ejemplos, hay infinidad de aplicaciones educativas que permiten a los docentes enseñar de forma amena a los alumnos y, como el principio de la educación es predicar con el ejemplo, los profesores están en continua formación para darles a nuestros niños la mejor educación posible en estos tiempos de cambios permanentes.

Y recordad: “Un buen maestro puede crear esperanza, encender la imaginación e inspirar amor por el aprendizaje” (Brad Henry)